Después de la expulsión de su entrenador y su mejor extremo, Barcelona tratará de enderezar su comienzo de temporada como local.
El problema es que su casa no es la misma.
El Barça disputará su primer encuentro oficial en su feudo temporal, frente al Cádiz, mientras el Camp Nou se somete a una remodelación mayor. El técnico Xavi Hernández estará mirando desde el graderío.
Xavi fue expulsado por sus protestas contra las decisiones arbitrales durante el empate sin goles ante el Getafe la semana pasada, en su primer cotejo de la campaña. El ex mediocampista se llevó una suspensión de dos partidos por su conducta.
Los locales carecerán también de su atacante brasileño Raphinha, quien se llevó la tarjeta roja ante el Getafe por un codazo contra un adversario. Ello deja al Barcelona sin un extremo puro, luego que Ousmane Dembélé se marchó al París Saint-Germain durante el receso previo a la campaña.
El hueco en la alineación sería ocupado por Ferran Torres o por el también delantero Ansu Fati. Otra posibilidad es un mediocampista como Gavi Páez.
Ilkay Gundogan, volante del Manchester City, debutó por el conjunto catalán en el encuentro inaugural.
Para el Barça es importante evitar la pérdida de más puntos, luego que Real Madrid y Atlético de Madrid ganaron sus primeros cotejos. Cádiz evitó por poco el descenso la temporada pasada y se considera uno de los equipos más modestos en la primera división. Se impuso 1-0 al Alavés en su primer duelo.
Éste será el primer partido oficial que el Barcelona dispute en el Estadio Olímpico Lluis Company. El recinto principal de los Juegos Olímpicos de 1992 puede albergar a 49.000 personas, en comparación con las 99.000 que podían darse cita en el Camp Nou, el estadio más grande de fútbol en Europa.
El Camp Nou se somete a un remozamiento largamente postergado para mejorar sus instalaciones y añadir incluso más butacas.
