
Suecia, una de las grandes potencias del fútbol femenino, se quedó sin revancha ante el vigente campeón de la Eurocopa, los Países Bajos, que evitaron la derrota (1-1) en el duelo entre las dos candidatas a superar el Grupo F que completan Portugal y Suiza.
El cuadro sueco tenía entre ceja y ceja este partido disputado en el Bramall Lane de Sheffield. No por la relevancia del marcador ni por la urgencia de los puntos, sino porque el equipo neerlandés le apartó del camino al éxito en el último Europeo, disputado en el 2017.
En aquella ocasión, en el duelo de cuartos de final, Países Bajos, anfitrión del evento, se impuso por 2-1. Accedió a semifinales y frustró las expectativas del combinado escandinavo, poseedor de un título continental, en 1984, tres veces subcampeón y cuatro semifinalista.
La selección de Países Bajos que dirige el inglés Mark Parsons se sobrepuso a todos los contratiempos que padeció en su debut. A los veinte minutos la lesión de su portera, Sari van Veenendaal que tuvo que ser sustituida por Daphne van Domselaar y al borde del descanso la de la defensa del Chelesa Aniek Nouwen.
Suecia, subcampeona olímpica en Tokio, se mostró muy superior en la primera parte. Las jugadoras neerlandesas apenas inquietaron a Hedvig Lindahl, portera del Atlético Madrid.
Así, pasada la media hora el cuadro de Peter Gerhardsson tomó ventaja en una gran acción por la derecha de la exjugadora del Real Madrid Kosovare Asllani que aprovechó la defensa Jonna Andersson en el segundo palo para poner por delante a su selección.
Creció Países Bajos en la segunda parte y en cuanto tuvo ocasión igualó. Aprovechó una indecisión de la zaga sueca. Un balón quedó suelto dentro del área y aparecció Jill Roord para recogerlo, ejecutar un tiro raso, pegado al palo y superar a Lindahl.
Suecia, con más ambición, buscó con más insistentemente el triunfo. Países Bajos resistió y no hubo vencedor en Sheffield.